El vacío abierto ante ella se le antojaba inmenso. Con la cabeza llena de turbios pensamientos se agitaba sobre la cama pensando, una y otra vez, cuánto tiempo sería capaz de soportar aquella soledad que la envolvía. Que la devoraba por dentro y la marchitaba por fuera. Que la acompañaba tenaz, tozudanente. Y que ella no se atrevía a espantar, a desterrar de su vida y de su cama.
Fantaseaba en solitario con su cuerpo. Se ilusionaba en las largas e insomnes madrugadas con ser poseída por su príncipe azul. Aunque no creía ya en ellos y no le importaba que no fuese un príncipe quien la deseaba...ni que no fuese azul...
Su cuerpo reaccionaba y se tensaba, se arqueaba, se estremecía al hábil contacto de sus expertas carícias, insuperables conocedores sus lánguidos dedos de sus más profundas ensoñaciones y recónditas profundidades.
Perdía el mundo de vista por unos instantes. Instantes mágicos de placer ingobernable, de lujuria palpitante y egoísta.
Después, ya satisfecha, exhausta, la pregunta era siempre la misma: "para que tanto placer si no puedo compartirlo, si nadie sabe de él..?.Cómo quisiera, ahora, tenerte a mi lado mirándome a los ojos y diciéndome "te amo"...!
divendres, 3 de maig del 2013
VACIO
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